.

Clínica Dental Sonríe

¡Atención los pacientes que tengan HTA y que vayan a ser anestesiado por el dentista!

Uso de anestésicos locales en pacientes hipertensos

La hipertensión es considerada como una enfermedad crónica no transmisible, cuya definición clínica corresponde a un aumento de la presión sanguínea normal. Está determinada por cuánta sangre bombea el corazón y por la resistencia a la circulación sanguínea por parte de arterias.

La presión normal en adultos sanos corresponde a valores de 115 mmHg de presión sistólica y 85 mmHg de presión diastólica.

La hipertensión corresponde a valores ≥140 mmHg sistólica y ≥ 90mmHg diastólica.

Cerca del 90% de los casos de pacientes con hipertensión se desarrolla en base a causas no evidentes, por lo que se denomina como una hipertensión “primaria”o “idiopática”. El resto corresponde a casos donde se asocia una hipertensión producto de alteraciones renales, desórdenes cardiovasculares y otros factores orgánicos demostrables.

Debido a lo anterior, se estima que alrededor del 30% de los pacientes que acuden a consultas dentales presentan algún grado de hipertensión no diagnosticada.

Resulta relevante considerar que la atención dental corresponde en muchos casos un evento estresante y traumático, por lo que es importante que el cirujano dentista logre controlar la ansiedad y el dolor de manera efectiva, evitando alzas de presión bruscas, sobre todo en la atención de pacientes hipertensos.

Pese a esto, no se han reportado evidencias contundentes que contraindique el uso de anestésicos locales asociados a vasoconstrictores en dosis habituales en pacientes hipertensos. La cantidad recomendada resulta ser no más de 3 tubos de anestesia en atenciones que disminuyan considerablemente la ansiedad de pacientes junto con la realización adecuada de técnicas anestésicas.

Sin embargo, es importante que el cirujano dentista mantenga un diálogo expedito con el médico o cardiólogo tratante, con el fin de lograr establecer los esquemas farmacológicos en que se encuentra el paciente dentro de su tratamiento de la hipertensión y evitar así el desarrollo de complicaciones asociadas a la atención dental.

Se debe destacar que la hipertensión corresponde a una de las principales causas de muerte en el mundo, siendo incluso calificada como un “asesino silencioso” ya que se producen daños sistémicos asintomáticos en su desarrollo a nivel renal, cardiaco, nervioso y ocular. Por esto, el paciente debe realizar sus controles correspondientes frente a indicios o antecedentes de hipertensión y, además, el cirujano dentista debe ser capaz de evaluar las condiciones sistémicas de cada paciente y saber cuándo se presentan riesgos de crisis hipertensivas en pacientes hipertensos, con el fin de estructurar la atención dental de acuerdo a sus criterios clínicos.

Referencias:

1.- Aubertin, M. A. (2004). The hypertensive patient in dental practice: updated recommendations for classification, prevention, monitoring, and dental management. Gen Dent, 52(6), 544-552; quiz 553, 527-548.

2.- Bavitz, J. B. (2006). Dental management of patients with hypertension. Dent Clin North Am, 50(4), 547-562, vi. doi: 10.1016/j.cden.2006.06.003

3.- European Society of Hypertension-European Society of Cardiology Guidelines, C. (2003). 2003 European Society of Hypertension-European Society of Cardiology guidelines for the management of arterial hypertension. J Hypertens, 21(6), 1011-1053. doi: 10.1097/01.hjh.0000059051.65882.32

4.- Hogan, J., & Radhakrishnan, J. (2012). The assessment and importance of hypertension in the dental setting. Dent Clin North Am, 56(4), 731-745. doi: 10.1016/j.cden.2012.07.003

5.- Holm, S. W., Cunningham, L. L., Jr., Bensadoun, E., & Madsen, M. J. (2006). Hypertension: classification, pathophysiology, and management during outpatient sedation and local anesthesia. J Oral Maxillofac Surg, 64(1), 111-121. doi: 10.1016/j.joms.2005.09.023